De una vida que ayer fue huellas
Picadas, ranchos, fogón todo querido,
hoy es nostalgias , miradas muy tristes,
De un hombre que ya es olvido
Como un puñado de tierra seca,
Tirada al cajón de un ido hachero,
Pasan los recuerdos no olvidados
De ese hombre, del trabajo jornalero,
Tierra que añora los sudores salados,
Monte sin el canto de las hachas,
Melodías en el canto de los pájaros
Recuerdan vidalas del abuelo de mi Tata
Quebrachales que quedaron inclinados,
Reverentes a la ida del hachero,
Separados por las huellas aun visibles
Que dejaron en el tiempo los carreros.
Si parecen oscuros túneles verdes,
Por donde el hachero caminaba
Hoy fachinales quedan del pasado,
De un monte que el hacha terminara.
Hachero que cumplió un destino,
Funesto destino de ambiciones,
De quienes arrasaron con el monte
Como en patotas como en malones.
Y al terminar el verde monte,
Sin la sombras el hombre se quedo,
El del aliento largo, el de los soles,
Soledades solo penas se llevo.
Hoy es solo recuerdo y nostalgias,
De aquel pasado del pago,
Cuando el hachero abría picadas,
De mi tierra querida que es Santiago
De una vida que ayer fue huellas,
Picadas, rancho, fogón , todo querido,
Hoy es nostalgias, miradas muy tristes
De un hombre que ya es olvido.
Letra: Juan Santos Luna
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