Santiago del Estero zona de producción y cultura, plagada de una idiosincrasia única, que la caracterizó desde su nacimiento, allá por 1.553 y hasta hoy, en el mes de sus 455 aniversarios, mantiene un rumbo claro de trabajo y tradición, sin poder despegarse uno del otro, se convierte en orgullo de los que pisan este suelo y valoran los centenarios pasados, proyectando un futuro de cambio. La marcha de los bombos, la doma y el folklore, el ámbito en el cual se desarrollan los festejos de las ciudades del interior, la legendaria telesita y el Santiago Productivo nos muestran un Santiago que mantiene viva su escencia, y que sin perderla se sumó al tren esperado, desde tiempo atrás, de las nuevas políticas productivas, de la economía regional, de la promoción de ideas y concreción de proyectos. Nuestros queridas ciudades del interior deben sumarse al apogeo que hoy se manifiesta en La Madre de Ciudades, que no es la de antes, y que ellas, sus hijas, están en el deber de seguir sus pasos y apuntar al progreso, al desarrollo productivo y a la revalorización de nuestra cultura y, sobre todo de las manos laboriosas, como las del indio Froilán y de tantos otros, que hacen de cada exposición ferial un sin fin de novedades y elevan los recuerdos en la permanente búsqueda de nuestros orígenes. Encontraremos Poetas santiagueños en estos 455 años que mantuvieron desde su mensaje la particularidad de escribirle al changuito, a la pelota de trapo que los vió jugar.También nuestros compositores de gatos, chacareras y zambas que nombran, entre otras cosas, al fruto salvaje que la madre tierra regala a los santiagueños : algarrobo, el mistol, el chañar y las historias de vidas, leyendas, coplas de amor y danzas, que nacen como suspiros del alma.Este es el orgullo de ser y sentirnos santiagueños.El de haber nacido desde el vientre de una tierra, a la que se añora, cuando se esta lejos y se la vive y disfruta con intensidad en la vuelta del santiagueño, que se fue, sin nunca haberse ido , porque donde quiera que se vaya , en un rincón de su alma lleva consigo y hasta que muera, el rancho, la siesta ,la honda , la tortilla y la chacarera.
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