Metan, Joaquín V. González, Quebrachal, Taco Pozo y Monte Quemado, son las localidades mas afectadas por la crisis.
Ciento veinte mil obreros forestales desocupados y sin posibilidades de reinserción laboral, permanecen en los montes y otros migraron hacia las ciudades limítrofes de Salta, Chaco y Santiago del Estero, donde subsisten de la limosna estatal que envía la nación mediante programas y planes sociales, marcando el fin, en lo que es el final de la clase trabajadora más explotada y sufrida del pueblo argentino. La actividad forestal arrinconada por campañas publicitarias mediáticas, im-pulsadas desde organizaciones ambientalistas internacionales, agoniza y sin oportunidad de reactivación se encuentra al borde de la desaparición como actividad productiva y económica del país. La parálisis del sector provoca desocupación que afecta a miles de familias de obreros forestales en toda la región norte y noreste, donde en los ultimo años muchos pueblos y ciudades ingresaron al abismo de la pobreza y la indigencia social.Los obrajes y los grandes aserraderos tuvieron que cerrar. La falta de mercado interno, la nula rentabilidad de la explotación forestal, la ausencia de políticas forestales, la descontrolada explotación clandestina de bosques y el aprovechamiento irracional de los recursos naturales, son entre otras las causas , empero más tuvo que ver la indiferencia de los gobiernos que presionados por campañas publicitarias ambientalistas mediáticas, abandonaron al sector de políticas de estado y dejan morir a una de las actividades productivas y económicas mas importantes en el contexto de la economía regional. Sin lugar a dudas en la decisión mucho tienen que ver las organizaciones ecologistas internacionales que universalizaron la defensa del ecosistema y operan para impedir el progreso y el desarrollo del norte argentino, donde en medio de la riqueza natural que se aspira proteger para la vida, reina la desnutrición y la mortandad infantil. Metan, Joaquín V González y Quebrachal, en Salta, Taco Pozo en el Chaco y en Santiago del Estero, Monte Quemado, Pirpintos, Pampa de Los Guanacos y otros centros poblados asentados en la región, nacieron y construyeron su futuro al amparo de la explotación forestal donde hoy la actividad se encuentra paralizada, con el agravante de la vigencia de la Ley Bonazo de neto contenido ideológico, que ha venido a postergar el futuro de los pueblos, cuando de modo artero y deliberado frena el avance de la progresista cultura agropecuaria.Genuinos obrajeros desertan de la actividad, muchos se reconvirtieron hacia la ganadería, algunos explotan el comercio y otros pocos viven de intereses, amasando la fortuna que dio la explotación sin limites de los montes, que es también una realidad, porque quien debía controlar y racionalizar el aprovechamiento de los recursos naturales, fueron los gobiernos provinciales que como antes, hoy también están ausentes, más preocupados en crear planes asistenciales, que la de instrumentar políticas de salva taje evitando que los desocupados del sector forestal constituyan para los gobiernos municipales de la región, en pesada e insostenible carga social.
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