El domingo 24 de agosto, en horas de la noche, una familia del barrio San Martín, se presentó en el hospital zonal con una mujer en aparente estado demencial e incontrolable, poseída por una fuerza paranormal, según indicaron fuentes que presenciaron el conmocionante acontecimiento.
Fue tal el susto que se llevaron los quimilenses que nadie atinó a aumentar algún comentario o condimentar la noticia con una picardía. Los testigos que presenciaron el traumático episodio coinciden en decir que la mujer presentaba sig-nos de estar realmente poseída por un maligno es-píritu, que se apoderó de cu cuerpo y de su alma, como se dice, ocurre en estos casos. El domingo 24 de agosto en horas cercanas a las 21:00 una mujer fue internada en el hospital Bernardo Houssay de la ciudad de Quimili, quién llegó al lugar acompañada de la familia Jiménez, en cuya casa, durante la tarde, habrían estado consu-miendo bebidas alcohólicas y de un momento a otro perdió el control total de su mente y por ende, de su cuerpo, ya que de sus labios se emitían fuertes sonidos, parecidos al sonar de las garras de un feroz animal y pedía por su hijo, a quién según ella, entregaría al demonio en sacrificio. En esas instancias y al notar la gravedad del caso los Jiménez decidieron trasladarla hasta el nosocomio local donde fue atendida por el médico de guardia, las enfermeras y por personal policial que estuvo presente, ya que resultaba imposible sostenerla y contenerla. De acuerdo a lo manifestado por los efectivos, era tal la fuerza de aquélla mujer que cuando la ataron a la cama, dada la incontrolable situación, esta logró desprenderse y predecir, maldecir, insultar y hasta maldecir a todos los presentes. Una vez en el hospital resultaron aterradores los testimonios obtenidos por parte de quienes coincidieron en el lugar, ya que según cuentan y coinciden todos, los gritos desgarradores hicieron aunar el llanto de los niños internados, a los que no hubo forma de callar; extender su lengua en dimensiones aterradoras y girar la cabeza hacia atrás, quitando el sueño aún a quienes no quieren mencionar el episodio por caraturarlo de “sin precedentes”, “demoníaco”, “cosa de Lucifer”, etcétera. Según se supo, la joven mujer de 30 años de edad y de nombre Rufina decía ser hija del demonio y en su nombre predijo situaciones que dejaron a todos pas-mados, como cuando mencionó dijo a un joven que tuviera cuidado porque él sería victima de un accidente; minutos después de haberse retirado del hospital, retornó con leves golpes debido a un accidente motociclístico que sufrió. Se pudo recabar, además, que a una mujer que se encontraba con su hijo en brazos le profirió a gritos que su hijo volaría por los aires, a lo cual la mujer no prestó atención y en breves instantes ella y su hijo tropezaron, y el pequeño, comentaron los testigos, de una forma sorprendente, voló por los aires. Así mismo se tomó conocimiento de que Rufina fue atendida por el médico de guardia, quien tuvo que pedir a sus colegas que se apersonaran para establecer un diagnostico, ya que lo que estaba presenciando era algo sobrenatural. Es así que esa misma noche se tomó la desición de trasladar a Rufina a un centro psiquiátrico de la ciudad Capital de Santiago del Estero, de donde fue dada de alta al día siguiente, ya que no presentaba signos de desviación mental o algo por el estilo. Los amigos de la “poseída”, comentaron que la misma desde meses atrás visitaba a los curanderos del lugar y había escrito sobre una madera su nombre junto al rostro de un demonio, actitudes que sumadas a los episodios ocurridos el domingo 24, adjudican los cercanos, a una clara relación con las ciencias ocultas, espiritismo o curanderismo.
De alta
A los dos días de haber protagonizado uno de los episodios más llamativos, por sus características, en la ciudad de Quimili, la joven mujer de 30 años ya se encontraba dada de alta del hospital psiquiátrico, y retornó a la ciudad de Taboada de donde es oriunda. Desde allí dialogó con un medio provincial, al cual, entre otras cosas, manifestó estar sorprendida ya que lo de ella fue un estado de ebriedad, endilgando toda responsa-bilidad en “algo” que le pusieron en el fernet con coca que estaba tomando en la casa de los Jiménez. Así mismo dijo que no se acuer-da de nada de lo que sucedió, a la vez que negó que haya querido sacrificar a uno de sus pequeños hijos y aseguró que nunca más volvería a la ciudad de Quimili. Con respecto a los dibujos encontrados, la mujer dijo que formaban parte de unos modelos que ella utilizaría para los bordados en tela que realiza.
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