La situación hídrica y el extraño mal-olor del agua que suministra por la red domiciliaria la empresa Aguas de Santiago, afecta a todos los usuarios, pero más compromete la situación de los sectores humildes de Quimili, los que sin recursos para comprar el preciado liquido embasado, ingieren aguas de posos, que si no es apta para el consumo, al menos es tolerable, la ingesta. Según ellos mismos afirmaron a “El Santiagueño”. En Quimili, desde hace tres semanas nadie consume el agua que llega por los grifos a los domicilios, porque a pesar de que la empresa se esfuerce, afirmando que no esta contaminada y es apta para el consumo humano, nadie la puede ingerir por el fuerte olor que. Despide el liquido que envían desde la planta potabilizadora.La situación afecta a todos los habitantes de la ciudad, pero más compromete a los sectores humildes que sin recursos para adquirir el agua potable embasado, consumen en el mejor de los casos el agua potable que la municipalidad provee de las plantas potabilizadoras por el sistema de osmosis inversa, empero la demanda es varias veces superior a la capacidad de producción de las maquinas y son muchas las familias que se quedan sin agua y recurren al agua de posos que si no es apta para el consumo al menos se deja beber. Aseguran los vecinos de los barrios El Palomar y Lujan. La población que tiene poder adquisitivo, consume agua potable embasado y en los últimos días la demanda creció en los negocios al extremo que en la segunda semana se registró en la ciudad de Quimili un desabastecimiento de agua mineral el que rápidamente fue sofocado por los comerciantes locales, que reforzaron los pedidos, para atender la situación hídrica que vive y se instalo hace ya mas de tres semanas y amenaza radicarse definitivamente.
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