El crecimiento vehicular que registra Campo Gallo y la circulación sin control, de moto vehículos, por las calles de la ciudad y caminos de la zona, imponen de las autoridades municipales y policiales, adapten urgentes medidas de prevención. Los vecinos, especialmente niños, adolescentes y jóvenes deben ser preparados en educación vial. En efecto, las irreparables pérdidas de vidas humanas a consecuencia de accidentes de tránsito ocurridos en los últimos meses, y que fueran protagonizados por conductores de motovehículos invitan a los habitantes de la ciudad, a reflexionar sobre la inseguridad que representa circular en esos ágiles, veloces y económicos rodados a los que cuando se los conduce, por las calles y caminos con impericia, imprudencia o negligencia, se lo transforma en arma mortal. La crisis financiera nacional que incremento el precio de los combustibles, es principal causa de que la gente se incline por ese medio de movilidad motorizado de bajo consumo y en ese sentido Campo Gallo, no escapo a la realidad nacional y provincial, donde la adquisición y utilización del motovehículo, es ya de utilización masiva. Los rodados menores, en sus diferentes, marcas, modelos y cilindradas, estaría en camino a sustituir la bicicleta, habiéndose transformado en un medio de trasporte, motorizado, económico ágil y veloz , condiciones que cuando se las utiliza con prudencia son beneficiosas, especialmente para aquellas personas que por diversas causas, trabajo y/u otras actividades recorren largas distancias, o registran intensa movilidad dentro de una misma ciudad. Las motos por las calles de la ciudad y caminos rurales de la zona, van y vienen. La circulación de estos rodados representa una preocupación cuando se observa que en muchos casos los conductores transitan sin respetar normas de transito, en su mayoría no usan cascos protectores y la inseguridad se repotencia cuando los que conducen se tratan de adolescentes y hasta en oportunidades niños. También es normal ver por las calles circular en una moto que es para dos personas, carguen a la familia de hasta tres o más miembros y en muchos otros casos adolescentes y jóvenes, que descargan todas las inexperiencia, imprudencia y negligencia en el puño del acelerador de las motos a las que en picadas convierten en verdadero bólidos que asustan, exponen y alertan de que algo hay que hacer, para evitar en el futuro se protagonicen otros accidentes que podrían ocurrir y ocasionar lamentables e irreparables perdidas. Es de destacar que los accidentes de tránsito que antes se los leía en los diarios o miraba por televisión, hoy ocurren y también se los lamenta en Campo Gallo. De nosotros, de nuestra educación depende evitar que estos sucesos se repitan, que cuando suceden nos llega a todos y tarde sobre el dolor reflexionamos que hay que “Manejar con prudencia, perder un segundo de reloj y no la vida en un segundo”.
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